miércoles, 14 de noviembre de 2012

Gottfried Von Cramm, el tenista que le dijo no a Hitler




A mediados de la década del 30, en pleno apogeo del gobierno nazi de Adolf Hitler, en Alemania había un tenista que resaltaba tanto por su talento en los courts como por su caballerosidad dentro y fuera de ellos. Estoy hablando del Barón Gottfried Von Cramm, el primer alemán en ganar un Grand Slam y uno de los mejores tenistas de esa época en que todavía existía el amateurismo, que lentamente iba desapareciendo.

En el seno de una familia aristocrática de la ciudad de Nettingler, en Hannover, Baja Sajonia; el 7 de julio de 1909 Jutta Von Steinberg daba a luz a su tercer hijo: el pequeño Barón Gottfried Alexander Maximilian Walter Kurt Von Cramm. Toda su infancia la vivió en el castillo que pertenecía a su familia, hasta que ya más grande decidió irse a vivir a Berlín para estudiar. Su familia quería que sea un diplomático.

Ya en la capital alemana, Von Cramm compartía sus tiempos de estudio con la práctica de tenis en el Rot-Weiss Tennis Club. De a poco comenzó a darse cuenta que tenía el talento suficiente para competir, y al no pasar necesidades económicas urgentes decidió dejar los estudios y dedicarse de lleno al deporte blanco. Es así que  ganó en cuatro oportunidades el Campeonato de Alemania y en 1932, con tan solo 23 años, integró por primera vez el equipo alemán de Copa Davis, demostrando ya que era uno de los mejores tenistas del país.

En 1933, gana el dobles mixto de Wimbledon, en pareja con Hilde Krahwinkel. Al año siguiente, ya con Hitler como Führer de su país, el Barón gana su primer Grand Slam: el Abierto de Francia. Su popularidad dentro de Alemania, principalmente, y en el mundo se acrecentó cada vez más.

El saque de Gottfried Von Cramm
Hitler, al ver a un jugador tan exitoso y que encima tenía los rasgos de lo que él consideraba la raza aria, no veía la hora de sumarlo a su partido, ya que era "el mejor embajador del país". Von Cramm era una persona honesta y no compartía para nada la ideología del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP), sino, todo lo contrario. Él ya se había opuesto a este régimen cuando le prohibieron a su colega Daniel Prenn representar al país en Copa Davis por ser un judío. Además, cada vez que estaba en el exterior aprovechaba para criticar a ese gobierno.

Pero el Führer seguía obsesionado con tener al Barón Von Cramm de aliado, es así, que mediante el mariscal Hermann Göring le llegó a ofrecer eliminar todas sus hipotecas a cambio de sumarse a su partido. Gotffried, fiel a sus pensamientos, le respondió: "Ahora tengo más razones para no sumarme a su partido". El tenista se estaba ganando un enemigo muy poderoso y, tarde o temprano, sufriría las consecuencias de ello.

Mientras, Von Cramm siguió con su exitosa carrera. Llegó a las finales del Abierto de Francia y Wimbledon 1935, en ambas derrotado por el británico Fred Perry. En 1936, se tomó revancha y venció al inglés en la final del Abierto de Francia, conquistando su segundo Grand Slam parisino. En el All England no pudo repetir y cayó en el partido definitorio ante el mismo rival.

El año 1937 era una gran oportunidad para que Von Cramm por fin pueda sacarse la espina en la catedral del tenis, ya que Fred Perry se había pasado al profesionalismo, pero una vez más no pudo ser. El estadounidense Don Budge lo venció en sets corridos, y una vez más lo privó de levantar el trofeo dorado. Algunos días después, se volvieron a enfrentar en la misma cancha, pero en diferentes circunstancias. Alemania y Estados Unidos jugaban la final interzonal de la Copa Davis para ver quien enfrentaba al campeón reinante: Gran Bretaña.

Von Cramm y Budge, antes de la gran batalla de Copa Davis
La serie llegó al quinto punto del domingo empatada en 2, debían definir Budge y Von Cramm. Este partido  era de trascendental importancia para Hitler y su obsesión con dominar el mundo y así se lo hizo saber al jugador alemán. Antes de salir a la cancha, el Führer lo llamó por teléfono y le informó que debía ganar o ganar. El único testigo de esta situación fue el propio Budge, quien señaló que lo escuchó decir "Ja mein Führer" antes de cortar y vio palidecer su cara de espanto. También, entre los 15 mil asistentes al partido, estaban Joachin Von Ribbentrop, embajador alemán en Reino Unido; y Hans von Tschammer und Osten, ministro de deporte. No esperaban menos que una victoria.

Nunca se sabrá si impulsado o no por las amenazas, pero el Barón Von Cramm arrancó el encuentro superando ampliamente a su rival, según contó años después el mismo Don Budge:  "Yo estaba jugando tenis a un gran nivel. Pero los pocos errores que yo cometía, él cometía menos". El alemán se llevó las primeras dos mangas por 8-6 (todavía no existía el tie break) y 7-5.  El estadounidense, que al año siguiente ganaría los cuatro Grand Slams, no se dio por vencido y remontó el pleito con un 6-4 y 6-2.

El último set definiría mucho más que una serie de Copa Davis. El jugador europeo, en base a su gran saque, se puso 4 a 1 arriba. Parecía que se iba a llevar el partido, pero Budge resurgió de las cenizas e igualó el score en 4. El partido era cada vez más dramático; la tensión se acumulaba y el público vibraba con el espectáculo que estaban observando. Finalmente, Don Budge se llevó el definitivo set por 8-6 y con el le dio la serie a Estados Unidos. Había terminado uno de los mejores partidos de la historia de la Copa y Von Cramm, con su caballerosidad característica, le dijo a su vencedor: "Este fue uno de los mejores partidos que jugué en mí vida. Estoy muy contento de haber jugado contra vos, felicitaciones". Esta derrota le iba a costar mucho más de lo que pensaba.

Luego de perder ese partido, tuvo su revancha otra vez contra el mismo rival, pero en la final del US National Championships (hoy US Open) y perdió otra vez. Quizá, su consuelo fue ganar el dobles junto a su compatriota Henner Henkel. En su estadía en Nueva York, Von Cramm aprovechó para asistir a una protesta anti nazi encabezada por el actor Groucho Marx. A cada segundo que pasaba, más se enemistaba con Adolf Hitler y en ese momento eso era muy peligroso.

El Barón Von Cramm junto a Adolf Hitler
Luego de la extensa gira, el 4 de mayo de 1938, el Barón volvió a su hogar para descansar. Al día siguiente de haber llegado, dos agentes de la Gestapo, las fuerzas de seguridad nazis, lo fueron a arrestar. La acusación era por irregularidades sexuales, pero claramente era una ofensiva de Hitler contra su actitud opositora. Por más que Von Cramm era homosexual, esa no fue la principal razón para arrestarlo.

El 18 de mayo fue condenado a un año de encierro en la prisión berlinesa de Lerhterstrasse. Los diarios alemanes no difundieron el hecho. Enterado de esto, su viejo rival, Don Budge, juntó las firmas de más de 25 prestigiosos deportistas para que Hitler libere al tenista. Tras medio año, fue liberado por buena conducta. El rey Gustavo de Suecia, un amigo suyo (aunque se dice que fueron pareja), lo invitó a vivir a su castillo en Bodenburg y él fue. Muchos dicen que si no fuese por este amigo poderoso, a Gottfried lo hubiesen matado.

El torneo de Wimbledon del año 1939 era la ocasión perfecta para que se saque la espina: Había ganado contundentemente el torneo de Queens sobre césped y Budge se había pasado al profesionalismo. Pero no pudo ser, la organización no lo dejó participar por ser un exconvicto.

En 1942 debió dejar la raqueta de lado. La guerra de Stalingrado comenzaba y, por más que era un anti nazi, debía defender a su patria. Tras meses combatiendo, y con heridas en las piernas como consecuencia, volvió al castillo del rey sueco y recibió la Cruz de Hierro por su valentía en el frente de batalla. Una vez finalizada la guerra y con Hitler ya fallecido, volvió a Berlín para restaurar su tan querido Rot-Weiss Tennis Club, que había sido destruido como consecuencia de la guerra. En 1948 y 1949 volvió a ser campeón alemán y en 1951 volvió al césped inglés, aunque perdió en primera ronda. En ese mismo año volvió al equipo teutón de Copa Davis, en el que jugó hasta 1953, cosechando un récord de 82 victorias y 18 derrotas, el cuarto mejor registro de la historia de la competición.

En ese año ´51, comenzó con un negocio de importación de telas egipcias, por eso su vida transcurría entre Hamburgo, donde se ubicaba el negocio, y El Cairo. Cuatro años después, se casó con la millonaria Barbara Hutton, aunque tan solo duró cinco años el matrimonio. Muchos dicen que ese casamiento fue solo por una gran amistad que tenían y para ayudarla a ella con su adicción a las drogas. Después del fallido casamiento, se instaló en Egipto, donde manejaba su empresa.

Un 9 de noviembre de 1976, la muerte encontró al primer gran tenista alemán en un accidente automovilístico en la ruta camino a Alejandría. Años después, su ejemplo de comportamiento dentro de una cancha sigue siendo reconocido: La calle donde esta ubicado el Rot-Weiss Tennis Club lleva su nombre, además de la Copa Gottfried Von Cramm, que la disputan países en equipos, integrados por jugadores de más de 60 años. Para finalizar, un dato curioso: El 7 de julio de 1985, cuando Von Cramm hubiera cumplido 76 años, un jovencito llamado Boris Becker se convertía en el primer alemán que triunfaba en Wimbledon. El destino quizo que ese sea el mejor homenaje que el Barón haya podido recibir.


Gottfried Von Cramm en su último Wimbledon


No hay comentarios:

Publicar un comentario