jueves, 3 de julio de 2014

Italia 1934: la estricta orden de ganar


El plantel italiano llevando en andas al técnico Vittorio Pozzo.


El hombre de gesto adusto y de mirada penetrante al que todos alababan por obligación sonreía en las tribunas del estadio que por entonces llevaba el nombre de su partido cercenador de libertades; los jugadores en la cancha estaban aliviados. Italia acababa de ganar frente a su publico el primer Mundial de su rica historia futbolera y con el triunfo cumplía con la estricta orden impuesta por el temible dictador Benito Mussolini. Las amenazas quedaron desactivadas por cuatro años para Vittorio Pozzo y compañía.


El poster oficial del Mundial 1934
Italia organizó el segundo Mundial de la historia del fútbol e inauguró una triste costumbre: la de usar la competición como objeto de propaganda política. El país de la moda,el Coliseo y Antonio Gramsci recibió el torneo bajo las estrictas ordenes de Mussolini. Il Duce se encargó de presionar a todos los equipos, principalmente a los integrantes de la Azzurra, para demostrar la "superioridad" de su pueblo.



Las presiones del dictador se ven reflejadas en un diálogo entre él y Giorgio Vaccaro, el presidente de la Federación de Fútbol Italiana por entonces:

-"No sé como hará, pero Italia debe ganar este campeonato" 
-"Haremos todo lo posible"
-"No me ha comprendido bien, deben ganar este Mundial. Es una orden". 
En el plano estrictamente futbolístico, el seleccionado local tuvo un agotador camino para poder conseguir el primer éxito mundialista de su historia y hasta estuvo a minutos de tirar todo por la borda en la luchada final ante Checoslovaquia, pero el destino quiso que así no sea y hoy la Azzurra sea una de las potencias del deporte más popular del mundo. 


El nefasto Benito Mussolini saludando al público.
La ausencia de Uruguay, el primer campeón, y la poca importancia que le dieron Argentina y Brasil a la competición (ambos mandaron equipos B) dejó el campo abierto para que las selecciones del viejo continente se lucieran como no habían podido hacerlo cuatro años antes a orillas del Atlántico, pero fueron los dueños de casa los que terminaron festejando.


Con la figura goleadora del delantero Angelo Schiavio, la seguridad bajo los tres palos del capitán Giampiero Combi y el aporte made in Argentina de Luis Monti, Raimundo Orsi, Enríque Guaita y Atilio de María, Italia mostró momentos de lucidez futbolística, pero también se destacó por raspar a sus rivales, principalmente en los dos partidos con España, para levantar el trofeo Jules Rimet estrenado por Uruguay, cuatro años atrás en Montevideo. 



Fueron cinco encuentros en dos semanas, 510 minutos contando los alargues, los que soportaron los integrantes de la Nazionale en
El Mumo Orsi fue la figura del Mundial.
su agotador primer Mundial. El camino al título inició en Roma ante una multitud, incluido il Duce, con un 7-1 a Estados Unidos; los cuartos fueron sangre, sudor y lágrimas para los muchachos de Vittorio Pozzo: enfrente estaba la España de Ricardo Zamora, Isidro Lángara y compañía que plantó cara y forzó a un partido desempate aún siendo perjudicada por los arbitrajes tendenciosos hacia los dueños de casa. 



El primer duelo terminó en empate a uno en Florencia, con tantos de Luis Regueiro y Giovanni Ferrari, pero la violencia y la permisividad del juez belga Louis Andre Baert fueron los aspectos más llamativos de la calurosa tarde; el desquite, jugado al día siguiente y en el mismo lugar, fue 1-0 para la Azzurra gracias a la anotación de Meazza ante una selección ibérica mermada físicamente por el encuentro anterior y con la trascendental ausencia de Zamora en el arco.



La semifinal ante Austria siguió en la misma tónica de juego brusco y tuvo nuevamente al ídolo del Inter como protagonista en el marcador. El delantero Giuseppe Meazza, en su cuarto partido en siete días, marcó el único tanto del encuentro, disputado en el estadio que tiempo después llevaría su nombre, para que Italia clasifique a la final. Las cosas venían marchando a la perfección para Mussolini, pero faltaba la final.



Y allí esperaba la aguerrida Checoslovaquia de Antonin Puc dispuesta a aguarle la fiesta al régimen y vaya que complicó. Con una base de jugadores del Slavia y el Sparta de Praga, el seleccionado visitante tuvo a mal traer a la Nazionale durante todo el encuentro y generó más que un murmullo en las tribunas del estadio cuando el mismo Puc, tras recibir un pase en profundidad, colocó la pelota en el palo izquierdo de Combi. 



Los dueños de casa se veían dominados por el preciso juego colectivo que desplegaban los pupilos de Karel Petru, pero cuando faltaban menos de diez minutos apareció Orsi. El Mumo, aquel atacante que dio sus primeros remates con la camiseta de Independiente de Avellaneda, se la jugó en una acción personal con la marca típica del potrero argentino y batió a Planicka. El partido iba al alargue y él y sus compañeros respiraban aliviados.



Combi y Planicka en el sorteo.
Angelo Schiavio fue el encargado de poner el 2-1 final ante un equipo checoslovaco que había dejado todo en el tiempo regular y yacía agotado en el campo de juego del Estadio del Partido Nazionale Fascista Italiano. La algarabía se adueñó de los más de 55 mil espectadores que abarrotaban las tribunas y la tranquilidad de los jugadores. Aquel hombre nefasto para la historia de Italia sonreía y se olvidaba de las amenazas, pero solo por un momento.




El camino de Italia al título




  • Primera ronda: Italia 7-1 Estados Unidos (Angelo Schiavio 18', 29' y 64'; Raimundo Orsi 20' y 69'; Giovanni Ferrari 63' y Giuseppe Meazza 90'-ITA-; Aldo Donelli 57'-EUA-), el 27 de mayo de 1934 en el Estadio del Partido Nacional Fascista, Roma.
  • Cuartos de final: Italia 1-1 España (Luis Regueiro 30'-ESP-, Giovanni Ferrari 44'-ITA-), el 31 de mayo de 1934 en el Estadio Giovanni Berta, Florencia
  • Cuartos de final (repetición): Italia 1-0 España (Giuseppe Meazza 11'-ITA-), el 1° de junio de 1934 en el Estadio Giovanni Berta, Florencia.
  • Semifinal: Italia 1-0 Austria (Enríque Guaita 19'-ITA-), el 3 de junio de 1934 en el Estadio San Siro, Milán.
  • Final: Italia 2-1 Checoslovaquia (Antonin Puc 71'-CHE-, Raimundo Orsi 81' y Angelo Schiavio 95'-ITA-), el 10 de junio de 1934 en el Estadio del Partido Nacional Fascista, Roma.


Imágenes del Mundial 1934




Fotos: es.fifa.com

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